Historias desde el ático de la droga

Por Julian Cope Traducción y notas: ná Khar Elliff-ce

Este artículo apareció originalmente en el New Musical Express el 3 de Diciembre de 1983. La traducción fue hecha para el dossier Insistencias psicodélicas publicado en la revista tsé=tsé 9/10, año 2000.

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Preliminar

Julian Cope es el emblema del músico inglés criado por y criador del Liverpool de los primeros ’80, años signados por un revisionismo post-punk, new-wave y gótico de la psicodelia, caracterizados a su vez por su enfático escamoteo de cualquier recuperación hippie de la lisergia (este texto es una suerte de manifiesto para una psicodelia punk), a favor de experimentos de garage veloces y efímeros, sin grandes gestos operísticos, no por ello menos impregnados de transpiración fosfénica. Como inmediata demostración, van las siguientes observaciones deslizadas por Julian:

“No The Greatful Dead, no Quicksilver Messenger Service, no los Moody Blues. Aquellos que nos interesan son los chicos de 17 años desde Birmingham hasta Alburquerque que tomaban ácidos y trataban de tocar los viejos riffs de Van Morrison y los Stones. De pronto fueron algo muy nuevo. La verdad es que no tocaban muy bien y el vocalista no sabía las letras, pero todos les dimos un sentido, ¿o no? (…) Esto es psicodelia: música de garage sobreproducida en estudios de cuatro canales (…) Así que olviden lo Hippie. Estamos hablando de pre-hippies (…) la música de Segunda División era la psicodelia real”.

(…)

“Cuando hablo de psicodelia podés olvidar toda la basura Paz-Amor-Paloma. Podés olvidar a todos los hippies que siempre odiaste. Podés olvidar lo que hay que entender y la pregunta.”

(…)

“Olvidá a Timothy Leary y olvidá las historias de Tom Wolfe. Cuando el LSD golpeó el mundo, los intelectuales pensaban en él mientras el resto enloquecía. Es en ese resto que estamos interesados. En el resto que hizo música.”

Las compilaciones de bandas con diversas intensidades psicodélicas que se llamaron Nuggets (1972), Pebbles y Boulders (1979), Flashbacks, Back from the Grave, Psychedelic Unknowns y varias más aparecidas en Gran Bretaña y Estados Unidos, en los ’70 (y hasta la fecha de escritura de este artículo), son la referencia para la filosa revisión de Cope. Otros músicos y bandas de aquel entonces realizarán esta relectura de la psicodelia en clave new-wave o pospunk, inluso noise, repaso que es en realidad un influjo directo, en carne viva, entresacado de aquellas bandas descastadas del standard discográfico, perdidas en la polvareda de las primeras ingestas. Para captar grosso modo estas “relecturas” basta con escuchar el primer Echo & The Bunnymen, largas tiradas de The Cure, algunas zonas de Television y Pere-Ubu, algo después Love & Rockets, a fin de captar cómo se va dando ese reflujo incluso en el mainstream de los ’80, re-empalme que más adelante y de otra manera pasará a la escena de Manchester, a las raves y a los acid clubs, etc. En última instancia cabría preguntarse si la historia del rock no depende, en buena parte de su desarrollo, de la inyección psicodélica, en la clave que fuera y a través de las diversas influencias que empalme.

Por su parte, las primeras apariciones de Julian Cope tienen lugar con The teardrop explodes, grupo con el que editó un EP, en 1979, y un primer y último LP en 1980: Kilimanjaro. Después de esos dos aerolitos de ramalazos celebratorios con una lírica a pecho abierto y armonías no menos rampantes, Julian desarrolla su brillante carrera solista hasta el día de hoy, con una cantidad innumerable de producciones independientes o no, siempre seguidor y estudioso de la psicodelia de garage, del space y kraut-rock en sus continuidades no sólo «periodizadas/periodizables«, sino en sus maneras off the record, en lugares y momentos en los que el mero historiador del rock no le interesaría hallarlos: no sea que desmienta el famoso “in/out” o el infame “antes/después”, muy apreciado por el periodismo especializado. Justamente Cope, en su discografía misma, es el primer y feliz desmentidor de tales recortes.

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Julian Cope, 1996.

Cabe agregar que publicar este artículo en este momento es parte, por un lado, de esta grata descolocación, aunque por el otro, engancha concretamente a la actual proliferación regional (en Argentina, Perú y México) de bandas de space-rock, neokraut y libre improvisación de sesgo lisérgico, en la huella de lo hecho por Reynolds en Argentina.

Para los fans de estas escuchas, la andanada de referencias a temas y bandas que Cope, como buen erudito del rock, destila en su texto, son hoy rastreables en la red. De allí también que el uso de este manifiesto de psicodelia punk, hoy y aquí, sea tanto más ventajoso. Buen apetito.

***

«¡La estrella Sirio ruge! / Más allá de cualquier duda, todo Bedlam [1] y el Parnaso están libres.»

                                                                    Alexander Pope

 

Cuando hablo de psicodelia podés olvidar toda la basura Paz-Amor-Paloma. Podés olvidar a todos los hippies que siempre odiaste. Podés olvidar lo que hay que entender y la pregunta. Lanzá tu cabeza bien atrás, hacia la cuestión misma. Lanzala 5-10-20 años hasta la primera vez que pensaste en sexo. Cuando un pene, una vagina, eran palabras nuevas en un libro. Decías: «¿se corresponden entre sí? ¿Uno se pone duro la otra se pone blanda? Esto es repulsivo, voy a enfermarme. Ni pensarlo. ¿Mis padres lo hicieron? ¿Por qué lo inventaron? Odio todo».

Tu primera experiencia psicodélica.

El barco desciende llevándose toda tu salud consigo.

Así que ahí estamos: psicodelia, cuando la pregunta se hace más y más grande, y la respuesta se desvanece, obsoleta.

Olvidá a Timothy Leary y olvidá las historias de Tom Wolfe. Cuando el LSD golpeó el mundo, los intelectuales pensaban en él mientras el resto enloquecía. Es en ese resto que estamos interesados. En el resto que hizo música. No en The Greatful Dead, no en Quicksilver Messenger Service, no en los Moody Blues. Aquellos que nos interesan son los chicos de 17 años desde Birmingham hasta Alburquerque que tomaban ácidos y trataban de tocar los viejos riffs de Van Morrison y los Stones. De pronto fueron algo muy nuevo. La verdad es que no tocaban muy bien y el vocalista no sabía las letras, pero todos les dimos un sentido, ¿o no? De modo que podíamos ser más grandes que cualquiera.

«Mirá: voy a conseguirme siete Cadillacs y manejaré alrededor del mundo«, The Silver Fleet.

El cantante en todo gran grupo psicodélico era de 5’10». Se encorvaba porque sus amigos eran pequeños y se sentía un disminuido. Cantaba sobre ser él mismo, su personalidad ideal, que era en realidad Mick Jagger. Su vida real era de una árida esterilidad. Esto es psicodelia. Música de garage sobreproducida en estudios de cuatro canales. Músicos que deseaban ser tan famosos: «¡Carajo, agotaría las entradas si supiera cómo!«. Gente que era demasiado nihilista para sacarlo adelante entre todos.

Sí a Ed Cobb, Sky Saxon, Syd Barret, Roky Erikson, Eddie Phillips, Arthur Lee, Moulty, Mouse, Dave Agular, y todos los otros que nunca pudieron. En su escarpada Zona Crepuscular hicieron lo mejor, el sonido más formidable. El rock potenciaba la emoción en todas las formas de música. ¿Arthur Lee?, me decís. Música de beatas. ¿Sky Saxon? Un chico estropeado con cara de rata.

Entonces a la mierda, les digo. A la mierda con toda esa falta de compasión, con toda esa preocupación por el mundo y por olvidar lo particular; los pequeños quieren ser grandes individuos que despedazan amplios puñados de su alma por una promesa de 15 insignificantes minutos de fama.

Los amo. Amo su miseria. Veo sus análogos desparramados enfrente mío: Patti Smith, con un bebé, en cierta Midwest Hicksville, pensando que está en paz. El histérico de Marc Almond rezando por la fama con un switch on-off. El sobresaltado sueño de John Cale después de un día entero de trabajo radial. Peter Hamill viendo su reflejo en el Mega-Bowie, Mega-Gabriel, Mega-Marillion. Son tantos. Y los amo también.

Así que olviden lo Hippie.

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Estamos hablando de pre-hippies, cuando aún la música más sosegada tenía una dirección que no podía ser alterada.

Un riff de tres acordes, una voz delicada y: «Oh, el mocoso se ha endurecido contra mis pantalones«, Arthur Lee, 1967.

Esto es psicodelia. Un álbum, casi solo, con un amor nuevo y una nueva actitud hacia la música.

«Sólo espero que te diviertas tanto dejándolo ir como yo juntándolo de nuevo«, Lenny Kaye, en Nuggets, 1972.

En los tiempos que estamos, puedo presumir que todos tienen una copia de Nuggets. Si no sabés nada sobre psicodelia, tenés que conocer esto. Sino, dejá este artículo a un lado y andá y escuchá todo lo básico: el primer Pink Floyd, Revolver, Traffic, The 13th Floor Elevators, Sgt.Pepper, A Web of Sound, Forever Changes, etc.

El compilado Nuggets fue, y sigue siendo, la introducción básica. Nos dió grupos que fueron entonces tan oscuros pero que ahora, para un público masivo, son su escucha favorita. Nos introdujo a The Seeds, Chocolate Watchband, Elevators, Remains, Standells, Electric Prunes, y muchos otros que tenían canciones clásicas pero desconocidas, ya editadas. Recién ahora sabemos que también grabaron LP’s. Pero durante los 70’s estos LP’s eran vendidos al lado de basuras como Strawberry Alarm Clock, Josephus, Blue Cheer, Bubble Puppy, y cualquier otra cosa en «Artistas Internacionales». Tenés que escuchar todo el catálogo I.A. para encontrar que las únicas cosas necesarias eran los 13th Floor Elevators.

La Psicodelia estaba siendo vendida como música hippie por charlatanes que pensaban que cualquier estupidez de viaje-a-través-de-mi-mente-interior-de-hombre era hip. Pero la influencia de Nuggets estaba afianzada. Esto suponía que la música de Segunda División era la psicodelia real.

«Entre el pensamiento y la expresión yace una vida entera«: Lou Reed.

Así que aquí estamos en 1967. Los Beatles ya habían previsto con Revolver lo que iba a ocurrir. Los Rolling Stones están a punto de asociar una mala palabra a la psicodelia con una pieza 90% basura llamada Their Satanic Majesties Request. Los Yardbirds son presentados en Blow-up, una lejana precursora de Zabriskie Point, en la que Jeff Beck destruye su guitarra durante Train Kept A Rollin.

En los Estados Unidos la vanguardia estaba siendo liderada por Grace Slick, Jerry García, John Cipollina y otros graduados veinteañeros intentando racionalizar la escena. Los Doors habían firmado con Elektra, promocionando exitosamente al primer Arthur Lee de Elektra a Total Paranoiac.

Y después vino el grupo que dibujó una línea entre los hippies y el resto.

Eran The Mothers of Invention. Han sido señalados como una banda de blues por un lunático tomador de ácidos de A&R, que se suicidó auto-inmolándose cuando la cuenta por su primer obra maestra, Freak Out, ascendió a valer 20 mil dólares. Los Mothers eran peligrosos e insalubres, líderes insanos del underground real.

Frank Zappa era suficientemente astuto (y lo suficientemente viejo) como para reírse de la escena que compraba sus discos. Sus canciones eran cualquier cosa menos los himnos de comunitarismo adorados en Haight-Ashbury. Eran viles ataques tanto contra los legales como contra los raros. Canciones como Plastik People, Flower Punk y Trouble Every Day eran viciosas. Sí, te podés reír, ¿pero cómo sabés que no se está riendo de vos?

El sonido de los Mothers influenció incluso a los grupos suburbanos de punk. Los Teddy and his Patches, de San José, hicieron un cover demencial de Suzy Creamcheese, disponible en el compilado Pebbles III. Los cortes de psicodelia arruinada continuaron con I’m Allergic to Flowers por Jefferson Handkerchief. Los punks se estaban volviendo yippies, pelilargos odiadores de la paz. Incluso se extendieron hasta Gran Bretaña con los Deviants (influenciados por Mothers of Invention).

En 1967 Frank Zappa produjo Loose Lip Sync Ship, un instrumental de 45 por The Hogs. The Hogs eran en realidad The Chocolate Watchband, un collage de músicos como Ed Cobb, escritor de Tainted Love y productor de millones. Hasta Nuggets, los Chocolate Watchband eran inconseguibles. Ahora tres LP‘s están re-editados y existe también un nueva compilación Lo mejor de. Se trataba de un áspero y variado grupo de R&B; eran la real encarnación psicodélica de los Rolling Stones. Los estridentes beats de Bo Diddley, zinging guitars, su cantante Dave Agular creyendo genuinamente que Mick Jagger lo estaba arrancando de sí. En un momento en el que el lugar adecuado en el tiempo adecuado contaba para tantos, los Chocolate Watchband eran horrendamente inoportunos. Su único hit, Let’s talk about girls, fue grabado en tal precipitación que ni siquiera Dave Agular estaba allí para cantarlo. Don Benett, un escritor y amigo de Ed Cobb, fue consultado para cantar y empezó así una larga relación. Benett escribió algunas canciones de los Standell y creó un precedente para Ed Cobb: el productor utilizó The Chocolate Watchband como una paleta para ideas extrañas. En el primer y segundo álbum, el grupo que toca es totalmente diferente a la supuesta formación. Gone And Passes By, la mejor canción que grabaron, es de unos Stones subterráneos, tocada como si Brian Jones estuviera haciéndose su propio camino de una buena vez. Sitar eléctrico sobre una danza de huesos zombie, grabación cavernaria y el voodoo-Dr. John: Walk on Gilded Splinters hacia el Kandykorn de Beefheart. Sí: pegan bajo, pero cuando están arriba, dejan a cualquiera menguando.

Richard Marsh era el retrato de una comadreja chupando limones y esperando la fama. Eran los comienzos del ’66 mientras Sky Saxon, con Pushing Too Hard, hacía masivo a su grupo The Seeds. En las portadas de las revistas para adolescentes en todos los Estados Unidos, Sky Saxon y su cohorte de tres suecos desconcertaron, ojos llenos de arrugas y malditos, ansiosos por volver a su nocturno mundo de dos acordes. El tema que siguió, complementando a Pushing Too Hard, fue No Escape. En todos los sentidos, era la misma canción. Sky Saxon sintió su emoción única muy intensamente. Podés hacer un suceso comercial de casi cualquier cosa: Lazzie fue masiva y aún Noele Gordon tuvo su día. Pero con Sky Saxon tenemos que dibujar una línea. Sus ideas implosionaron y álbumes enteros fueron dedicados a la guerra entre los acordes E y D.  Los otros Seeds eran sus discípulos juguetones. El organista Daryl Hooper usaba el mismo solo en por lo menos 10 canciones. En una inusual canción diferente del resto, Nobody Spoil My Fun, el grupo tuvo que cambiar por completo durante el solo de Hooper, tan absorto estaba él tocando su parte como siempre.

Para los Seeds, el éxito era un fastidioso bonus. ¿Cómo podía Sky Saxon mantener su rol de correo de la derrota cuando vendía discos? Títulos como You Can’t Be Trusted, It’s A Hard Life, Can’t Seem To Make You Mine, Two Fingers pointing at you, todas cantadas por un mocoso histérico de 10 años, tuvieron una repercusión limitada. Sus LP‘s se volvieron clásicos primitivos y Saxon alzó el estandarte para todos los cantantes punk. Después de tres discos de estudio y un álbum brillantemente contrahecho y en vivo, su enfoque se volvió más y más vago. Un cambio de estilo para un horrible LP de blues y luego un cambio de nombre por Sky Sunlight. El patio de atrás y el mundo se volvían un mismo lugar. Un poco como Roky Erikson.

Los 13th Floor Elevators eran el grupo de Texas. En «International Artists of Austin / Dallas / Houston», tuvieron un hit masivo con el You’re Gonna Miss Me de Erikson. Este ya había sido un hit local para el primer grupo de Roky, The Spades, en 1965. Hacia 1967 estaba comiendo peyote, la droga psicodélica del desierto, y escuchando a todos los grupos locales que se pasaron los meses previos lamentando la ausencia de surf en Texas. 

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Roky Erikson de The 13th Floor Elevators

 

Existe ahora un brillante pack de seis LP‘s llamado Flashbacks, que incluye covers de clásicos de los Elevators como Splash 1 y Reverberation. Tom Verlaine habló salvajemente de la deuda de Television hacia los Elevators, y canciones como See No Evil de Marquee Moon son una inspirada prueba. Television incluso abrió con un cover de Fire Engine, del Psychedelic Sound Of The 13th Elevators, y su album en vivo Arrow incluye una versión brillante.

Grupos como Rising Storm y Mystic Tide tomaron ese sonido brutal para sí mismos y aún Iggy Pop se dejó enredar por un tiempo.

Flashbacks III incluye un magnífico y arriesgado I Can Only Give You Everything por los Iguanas. Con un joven Jimmy Osterberg en batería y voz, la canción se va volviendo una pesadilla a través de pasos de ganado y puentes de hierro. Con el familiar sonido chirriante de la sirena de los Elevators, toda la canción comienza y termina en el túnel.

«Yo soy de Marte«, declaró Roky Erickson en una entrevista. El periodista le preguntó: «¿Tiene alguna prueba?«. «Llamo a mi madre ‘Ma’«, contestó.

Después del primer LP Erickson fue a parar a un manicomio. El segundo álbum fue escrito por los otros miembros más coherentes del grupo. El único otro demente era John St. Powell que cambió su nombre por Powell St. John. Erikson se recompuso, salió del asilo para grabar Easter Everywhere, el nuevo álbum. Después de eso enloqueció de nuevo y volvió al asilo.

No había auténticos locos en The Electric Prunes. Conformaron un solo intento maníaco de destrucción. Todas sus primeras grabaciones son tan crudas que son casi intocables. En You’ve Never Had It Better, de la compilación Everywhere Chainsaw, están cantando desde el purgatorio a un mundo sin orejas. Su manager, una personalidad de la TV llamada Ben Willow, hizo el intento de hacerlos grandes. Un contrato con Reprise y una plancha de ácidos para los escritores de puertas-adentro. En la época de Hey Presto, Nancy Tucker y Mary Mantz les dieron I Had Too Much Too Dream Last Night’s, más su continuación, Get Me To The World On Time. Ambos singles eran punk psicodélico clásicamente producido, un estropeado órgano del lejano oeste y vocalizaciones de rata. Las canciones eran hits pero el LP era un auténtico aburrimiento. No parecían tener mucho control y era principalmente un gruñido barroso.

Underground fue su segundo LP y aún se consigue. Fue su clásico. Más controlados, empiezan con el brillante 45 Great Banana Hoax, con el rítmico y chillador Farfisa de Bo Diddley. Todo el LP fue imponente con su sonido de guitarra-guadaña y los estremecimientos de Peter de Freitas. En Hideaway, la batería enloquece y la guitarra grita. En Children of rain el teclado organiza una familiar avalancha de parque de diversiones. En Antique Doll, el bajo es incierto, las voces más dulces que lo necesario. Es su único gran momento de consistencia. Después de esto le dieron superpoderes a un arreglador/escritor llamado Dave Axelrod. Es el culpable de producir dos de los álbumes más enfermos que existen: Mass In F Minor and Kyrie Eylson. Ambos son pesadillas por encima de la nariz de un gran grupo. Amén.

Los básicos de la psicodelia inglesa son más conocidos. Todos escuchamos See Emily Play, All You Need Is Love, Paper Sun, Hole In My Shoe, pero es difícil separar lo bueno de la basura. La psicodelia aquí devino un estilo. Todo grupo sacó de su manga un arcoiris-abstracto-mundo-en-mi-cabeza. Incluso Vince Hill y Noel Harrison tuvieron hits «locos». Si estaba siendo noticia, lo debían estar vendiendo. ¿Pero qué hay sobre los otros? ¿Qué hay sobre lo perdido?

Los más grandes perdedores fueron The Creation. Estaban tan cerca de lograrlo. Pete Townshend le ofreció a su guitarrista, Eddie Phillips, unirse a The Who. El no lo haría y entonces Townshend se uniría al fans club de The Creation. Por su falta de éxito, los fans de The Creation tienden a sobrevaluarlos ahora, y la intención de decirnos qué podría haber sido aquello. Realmente sus canciones son casi grandiosas. Painter Man y Life Is Just Beginning, son tan parecidas a canciones de cuna, tan tarareables. Cuando Boney M obtuvo un hit con Painter Man, no fue algo inesperado.

Sobre el escenario The Creation era pop-art; Kenny Pickett podía parar de cantar y pintar con aerosol una tela detrás suyo. Eddie Phillips usó un arco de violín antes que nadie y, en todos sus discos, su guitarra está tan escasamente controlada que en ocasiones produce feedbacks durante las estrofas. Edsel había lanzado How Does It Feel To Feel. Es un LP detrás del otro y es genial.

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Pero aún más maníacos eran The Misunderstood. Como una versión blues de los Pop Group, robando tanto de los Yardbirds como de Bo Diddley y terminando como Captain Beefheart; todos crescendos y una chirriante guitarra metálica. Hasta el último año sus grabaciones eran difíciles de encontrar. Luego Cherry Red sacó el LP Before the dream faded. Consíganlo, es bueno. Acostumbraba a odiar Who do you love, pero su versión me hizo repensarlo; es como una canción diferente, incluso delicada por partes. Desde ya no fueron exitosos, pero dejaron California y vivieron entre cartones por un año mientras intentaban dar el golpe.

Para la mayor parte de los grupos americanos la gran influencia eran obviamente los Rolling Stones. Pero miren más allá y verán que los otros grandes grupos eran The Pretty Things y la primera formación de Van Morrison: Them. Escuchá cualquier compilación americana y Them aparece en todos lados tanto en las canciones como en su actitud. Versiones de Gloria, I Can Only Give You Everything y Baby Please Don’t Go son encontradas en todas partes. Otras canciones como Mystic Eyes eran una huella digital perfecta para los robos de los grupos americanos de garage. Escuchen The Rising Storm, The Mystic Tide duo y los Moonrackers.

Los Shadows of Night golpearon fuerte con su versión de Gloria y tomaron algo del estilo ‘Them’ para Oh Yeah y Light Bulb Blues. Irónicamente, en los primeros singles de Them aparecían músicos sesionistas por detrás de Van Morrison. Decca, en su acostumbrada actitud de suite de tres piezas, no tenía confianza en el grupo. Eventualmente, Them se separó de Morrison y se fue a Texas, el lugar que tanto los amó. Grabaron parte de sus mejores canciones allí, una de ellas Dirty Old Man en el EP nº2: Moxie.

Nuggets instigó a todo un nuevo género: The Psychedelic Compilation. En 1979 dos sets de esta clase de álbumes aparecieron con el nombre de Pebbles y Boulders. Los dos estaban influenciados por el Nuggets de Lenny Kaye pero en una escala mucho más caprichosa y amateur. Los cortes eran tan desconocidos que ninguna cinta era conseguible y el single original y lluvioso tenía que ser usado como master. Por un tiempo, estos dos álbumes fueron esenciales. Dieron un pantallazo de grupos hasta ese momento ignotos. Han crecido hasta ser pesados sets. Pebbles tiene ahora doce LP‘s y Boulders nueve. Nunca fui un fan de la serie Boulders. La calidad del sonido es pobre y los cortes se consiguen en muchas de las compilaciones más nuevas. Pero Pebbles sigue teniendo muchos volúmenes esenciales como los números 1, 2, 3 y 5. El volúmen 3 es pura mutilación psicodélica de garage. Buena parte es absolutamente aterrorizadora. En Spider And The Fly por los Monocles, el cantante es un chico de diez años cuyo cuerpo se está convirtiendo en una araña. Grita: «Help me, help me«, mientras devora a su madre pensando que ella es una mosca.

Flight Reaction por The Calico Wall: es imposible detallar una descripción. Si aún no tenés este álbum, entonces comprálo. ¿Es esencial? ¿Es la luna hecha de queso? Canciones con títulos como Horror Asparagus Stories, The Reality Of (Air) Fried Borsk y Suicidal Flowers son esenciales a cualquier colección.

El volumen que tenés que tener es el número 5, la Obra Maestra Punk. Cada canción tiene el mismo tema: un cantante se encuentra con una chica, la chica es indiferente; un cantante ama a una chica, la chica se monta a un cantante archi-rival; un cantante ama a una chica, la chica ni se percata de la existencia del cantante.  En No Good Woman por los Tree, el vocalista provoca a su novia: «Eres fea y eres gorda y no tienes ni un diente«. ¿Por qué se queda ahí entonces? Canta toda la canción con su dedo apuntado a la garganta de ella. «Te compré dos Mustangs y un CadillacEl álbum trata a las mujeres como si fueran un regimiento de tanques al que se debe abatir hasta la sumisión. Desgraciadamente las últimas compilaciones hacen ahora de Pebbles y Boulders algo pálido en comparación. Mientras estas han vagado por aburridas áreas, los nuevos álbumes ingleses y americanos están volviéndose más crudos y extremos que nunca.

Los herederos al trono de Pebbles tienen que ser los LP‘s Psychedelic Unknowns. En un principio sólo un set de dos EP, mientras ahora cinco álbumes han sido editados. Estos incluyen auténticos clásicos: más notoriamente In The Past por We The People. In The Past, también versionado por The Chocolate Watchband, es una de las más bellas canciones psicodélicas que existen, con un sonido de balalaika bien alto y ritmo raga. En ese momento, We The People eran completos desconocidos pero el sello Eva, de París, lanzó su álbum Declaration Of Independence, áspero y bello a la vez.

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Los Calico Wall, refugiados desde Pebbles, volvieron con un lamento mortuorio llamado I’m A Living Sickness, una especie de Doors a paso de hombre. Otros nombres de Pebbles incluían The Squires y The Split Ends, y hay un cover a doble velocidad del My Flash On You de Love, por los Sixpence.

Ya hablé sobre la serie Texas Flashback en otra oportunidad. Son realmente necesarios pero son muy difíciles de encontrar ahora. Más fácil de encontrar es la serie Mindrocker, otra vez por Eva. Podrás encontrar que tenés ciertas canciones dos veces, pero está justificado porque son todas muy buenas. El volumen 4 es lejos el mejor. Basado en un viejo contrabando llamado Acid Visions, Eva sumó cuatro cortes de Moving Sidewalks y creó un nuevo LP. El sonido y el precio es mejor que en el primer álbum, pero no te quedás con aquel maravilloso y único sobre.

No voy a perder mucho tiempo en cada compilación, pero hay algunas imprescindibles y Back From The Grave es una grande. El tipo que editó sus dos volúmenes es un maníaco. Ya en la música a los doce, a los 25 pasa su tiempo manejando un auto alquilado, por el medio-oeste de América, en busca de gemas. Estos álbumes son de igual mérito sólamente por las notas del sobre. Los grupos de estos LP‘s son verdaderamente peligrosos. ¿Pelo largo? No. ¡Nada de «Faggot Way«! The Malibus, The Brigands, Ralph Neilson & The Chancellors: nunca obtendrás nombres como esos en un revival psicodélico. Y en la cúspide de la pila está la versión de los Nova del tema The Crusher. Cantada por un cuellorojo de 100kg. que se devora la versión de Nova.

La misma actitud reina para What A Way To Die, una nueva compilación americana y lejos la mejor. Subtitulada Forgotten Losers From The Mid-60’s, es increíble, tan violenta y estropeada.

De Chicago, y probablemente con Lou Reed escribiendo, están los Beechnuts con My Iconoclastic Life. Como dice en el sobre, es uno de los más aterradores discos que existen.

«My life is nil, I just take pills,

sit for hours watching the flowers.«

Richard And The Young Lions era otro clásico inusitado con las guitarras amontonadas y las campanas tubulares al comienzo de You Can Make It. Aparecen en el sobre y se ven como los miembros de cinco grupos diferentes. Otras grandes apariciones son los Human Beinz antes de que se amaneraran y la primera de todas las grabaciones de los Standells. Whopee!

Otros para buscar son los volúmenes de Psychedelic Sixties, y los dos álbumes Off The Wall. Estos son en gran medida psicodelia de garage.

Para más y más locos, buscá Mindblowers. El sobre es un tanto cósmico con torbellinos amarillos y naranjas pero la música es impecable, con una temprana grabación de Tried To Hide, de 13th Floor Elevators.

Pero el verdadero hallazgo es Go Insane de los Doors. Es uno de tres acetatos dejados: un blues vociferante que más tarde sería Celebration Of The Lizard. Amo ese tema. Morrison suena tan joven, una voz aún no formada y con pulsaciones de pecho. Para los freaks de los Doors, está en White Rabbit Records.

La última compilación americana esencial es Psychedelic Moose And The Soul Searchers, un álbum de obras magníficas que van desde Mouse y el lamento de los Traps en el No Sense Nonsense de Jeremiah hasta el Orange Rooftop Of Your Mind de los Blue Things, una suerte de Yardbirds. En realidad, los Blue Things aparecen en cerca de siete compilaciones diferentes y cada tema es increíble. Y allí dejamos América.

La escena de los Compilados Británicos es muy restringida en comparación con su par americano. Albumes como Not Just Beat Music han estado dando vueltas por un tiempo pero el daño cerebral tuvo su real inicio con Chocolate Soup For Diabetics. Ahora llegando a los tres volúmenes, Chocolate soup es totalmente un clásico.

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El volumen 1 abre con Train To Disaster por The Voice. Como esperando un subte tarde a la noche, viene gritando hacia afuera del túnel y de pronto te golpea en la cabeza. Típicas letras fin-de-mundo y pedantes, desdeñosas vocalizaciones. Termina en un pandemónium de guitarras y pisotea tu cabeza contra la tierra.

Los Misunderstood están presentes en el compilado, pero aún figuran en el fondo de la escena a causa de la manía por el tema I Must Be Mad de los Craigs. Está I Can See For Miles a una velocidad de fuga, un ataque comando de guitarras, el baterista sobre-tocando frenéticamente para disfrazar su incapacidad para mantener el tempo.

En el Smokey Pokey World de los Tickle’s, las melodías son brillantes y el fraseo de guitarra lisérgica tan puro y simple. Un verdadero desquicio es el grupo llamado One In A Million. La voz de Gruff Weller, idéntica a las armonías de Foxton … cómo deseé que hubieran ido en esa dirección.  

Chocolate Soup tiene un álbum paralelo de R&B psicótico llamado The Demention Of Sound. Bastante más crudo, allí aparecen The Bow Street Runners y The Sorrows, ambos ásperos e inconseguibles. Si te gustó el LP de Misunderstood de Cherry Red entonces vas a amar esto: los Syn, que están en Chocolate Soup, están presentados como su encarnación blues, The Syndicates. Crawdaddy Simone es un blues a lo European Son, surgiendo a lo largo de las estepas rusas.

La mente detrás de Chocolate Soup es Sean Gregory. No tengo idea de quién es pero lo amo por sus discos y por sus notas en el sobre. Chocolate Soup tiene también un hermano de dos volúmenes en Electric Sugar Cube Flashback. Impreso en los Estados Unidos edita muchas de las bandas de Chocolate Soup más otras odiseas como Jabberwocky por Boeing Duveen & The Beautiful Soup, y Scene Trough The Eye Of A Lens, una temprana canción de Family cuando Roger Chapman sonaba todavía como Fergal Sharkey. El mejor tema es Gong With The Luminous Nose por los ubicuos Fleur De Lys. Tiene cortes en muchos compilados, cada uno un sueño de una canción de los Who/Yardbirds.

«Nueve veces el color rojo

explota como sangre caliente»

(The Zodiac).

Esa colorida pieza de versos ramplones es incluída para prevenirte. Habrá muchos nuevos y grandes LP‘s dando vueltas, pero algunos de los compiladores están obviamente intentando inundar un mercado brillante con mierda hippie.

Por ejemplo, si comprás Perfume Garden 1 obtenés un brillante disparo de cargadísima psicodelia punk. Obtenés The Eyes, The Birds, y una completa carga de riquezas. Pero cuidado si comprás el volumen ll, obtendrás una ramillete completo de hippie y pre-heavy metal con un par de clásicos arrojados dentro. Leí una reseña de cuatro estrellas en Sounds y olí a un quemador de inciensos reseñándola.

El sello Psycho que edita Perfumed Garden es un conglomerado fantástico de lo clásico y de lo malo. Endless Journey 1, por Psycho, es sucio y brillantemente improvisado mientras el volumen ll es un fracaso. Grupos de mellotron que podrían haber matado por un sobre de Roger Dean. De cualquier manera, suficiente escoria con buenas intenciones.

El último álbum merecedor de una mención debería ir en una categoría miscelánea. Es Ugly Things, una compilación de psicodelia australiana. La incluyo aquí por su sonido británico; muy Yardbirds, muy Pretty Things. Prometieron un volumen ll hará tres años atrás. Pero mientras eso no termina de salir a la superficie, el resto sencillamente continúa viniendo.

Si alguien está preguntándose: «¿Dónde está la sección de los Birds?» y «¿Qué hay con Buffalo Springfield?«, olvídenlo. Sí, fueron grandes también, pero cualquiera los conoce. Cualquiera debería conocer estos grupos también. Espero que en 1996 haya artículos sobre Aztec Camera, Flipper, The Undertones, Alan Vega, Pere Ubu. Todos los recuerdan ahora. Pero todos deberían recordarlos siempre.

Si alguien se está preguntando dónde comprar estos álbumes, entonces sólo tendrán que buscar. Los mejores locales son Vinyl Solution en Londres, Midnight y Venus Records en Nueva York y puede que G.I. Records en Edimburgo. Podés encontrarlos en cualquier lugar si lo intentás.

Odio los revivals de cualquier índole así que espero que el Revival Psicodélico haya muerto. Pero un grupo que tiene que ser mencionado es The Chesterfield Kinds. Su LP puede que sea de 1967, tan cerca están del origen. Sólo grabaron los más oscuros clásicos y son puro Chocolate Watchband.

Espero que cantidades de personas sean estimuladas por esta música pero hago una petición salvaje:

No Se Vuelvan Hippies Por Mí.

[1] Nombre popular del Hospital St.Mary of Bethlehem en Londres, fundado en 1247, originalmente un monasterio y más tarde transformado en un lugar para enfermos mentales.

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