107 Faunos: La exaltación de los sentidos

Por Julieta Heredia

La banda emblema de la escena indie argentina presentó su último disco Madura el dulce fruto en el teatro Margarita Xirgú.

Madura el Dulce Fruto 1

Los eventos más destacados del sello Laptra, ya sea el lanzamiento de un disco o la reunión de una banda disuelta, tienen algo en común con el capítulo final de una serie: no en el sentido de desenlace sino en la síntesis de lo vivido en los últimos años, el encuentro de todos sus personajes en un mismo lugar. La noche del 23 de febrero en el Teatro Xirgu, como de costumbre, el público estuvo repleto de caras familiares que divisamos en sus recitales; integrantes de otras bandas, periodistas amigos, escritores o artistas que alguna vez formaron parte de esa comunidad autosustentable en la escena local.

Diez años después de su primer disco, los 107 Faunos editaron Madura el dulce fruto con la intención de revisitar sus orígenes desde otro lugar, y por eso las letras dialogan con canciones o situaciones de épocas pasadas. “En este disco traté de retratar a la persona que era cuando salí del secundario y quise tener una banda”, contó Gato (Javier Sisti Ripoll) en el número final de Inrockuptibles que los coronó en su tapa. El proceso de composición también volvió a ser un ejercicio colectivo, a diferencia de Últimos días del tren fantasma, y dejó de tener a las guitarras en el centro para dar más espacio a sintetizadores y arreglos instrumentales.

Si hablamos de volver a los inicios, la decisión de invitar a Perdedores Pop (banda pionera del indie local en los ‘90 y una de las influencias de los Faunos) estuvo en perfecta sintonía. Además, el baterista suplente en esta ocasión fue Gastón Olmos, integrante de 107 Faunos hasta 2014. “Yo me entrené en ese sentimiento, en la retórica de las cosas cotidianas pero personales, lejos del costumbrismo y sus pretensiones de universalidad”, escribió Gato en el suplemento No cuando la banda de los hermanos Santiago y Esteban Rial se reunió en 2012. Después de más idas y vueltas, por primera vez en el escenario del Teatro Xirgu, Perdedores Pop repasó su breve discografía con invitados del sello platense como Sta. Trueno Negro (Natalia Drago) y Reno. “Acabo de tener un ataque de pánico pero ya está todo bien”, anunció Esteban luego de pasar al frente, aunque durante todo el show se divirtieron e hicieron comentarios como si estuvieran en la sala de ensayo: “¿Alguien sabe cómo va el partido de Independiente?” o “Ahora viene un solo”.

Más tarde, el arranque estridente de 107 Faunos con El baile del fantasma fue ideal para alertar a los que habían salido durante el intermedio a buscar una lata de cerveza. madura-el-dulce-fruto-107-faunosAsí comenzó la ejecución completa y en orden de Madura el dulce fruto, un disco cargado de imágenes sensoriales al igual que sus predecesores. Esta es una marca habitual en su lenguaje: las visuales exaltadas (estrellándome en tus ojos de neón en la niebla) junto a otras imágenes táctiles, auditivas o sinestésicas (el óxido sonoro). En el universo de sus letras también hay una doble exposición, una realidad que se superpone a otra. En la primera capa pueden describir una ciudad de cemento y palas mecánicas, pero sobre ella se imprime un sol rosado o una brisa marina que transforman los espacios cotidianos en lugares mágicos a través de un desarreglo de los sentidos. “Los 107 Faunos, entre otras cosas, están escribiendo la mejor poesía argentina”, dijo Fabián Casas algunos años atrás.


En un intercambio constante del bajo y la guitarra entre los hermanos Sisti Ripoll, con las voces de Mora y Juan más presentes, pasaron canciones como Pico tres, Dunedin, Besar la medallita y Transparente que despertaron una serie de coros como si ya hubieran sonado durante años, hasta que el círculo volvió a cerrarse con la oscuridad de El jardín de cemento. Y mientras esperamos el Ataque suave, título posible para el disco “hermano” de Madura el dulce fruto que saldría este año, nos queda un lindo oxímoron que se refiere al pasaje lento de una nota hasta su punto de mayor intensidad. 

Pero todavía falta el momento de la recapitulación, los invitados y la parte más festiva con canciones de todos sus discos previos. La española Amaia Romero, Diego Trerotola, Javi Punga y Santiago Motorizado pasaron por el escenario y se despidieron con las melodías imprescindibles de Noche spooky tropical, Jazmín chino, El tigre de las facultades, Pequeña Honduras e Incertidumbre. No en este orden, pero ya estábamos en otro plano para recordarlo con más detalle.    

«No necesito que me convenzan de que la vida da miedo. Tengo cuarenta y cuatro años y todo ha resultado ya suficientemente terrorífico, no necesito que nadie intente arrancarme de mi complacencia”, escribió Nick Hornby al comparar una canción lúgubre de Suicide con su antítesis alegre y esperanzadora de Teenage Fanclub. Trasladado a nuestro contexto, tan desfavorable para la mayoría de las expresiones artísticas, podemos encontrar un refugio en canciones que nos dicen «no todo está tan mal, ¿sabés?» mientras el público baila y canta bajo la espuma de carnaval, o cuando nos recuerdan que “todo es transitorio”. Como resumió Félix en una entrevista, los Faunos siguen construyendo un mundo de imágenes para que sea más digerible vivir.

*107 Faunos se presenta nuevamente el viernes 15 de marzo a las 21hs en Camping, Av. Pueyrredon 2501, Recoleta. Entrada gratuita.

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