Por Lucas González
Lejos de esquivar la coyuntura, el cuarteto se hace cargo del contexto en el que se desarrolla y planta bandera.
Entre polifonías vocales y melodías frescas, Isla Mujeres publicó en 2017 su primer álbum, Otras. “Nos sale medio natural, sin querer”, explica la cantante y guitarrista Amparo Torres sobre la técnica que utiliza el cuarteto que integran junto a Julia Barreña (teclados y voz), Elena Radiciotti (bajo y voz) y Faustina Sagasti (batería). La influencia de Juana Molina, sostiene, es innegable: “Buscamos notas que no necesariamente son octavas, quintas, o terceras. Al cantar mucho, las voces se unen, por eso no es algo que nos cueste”.
Momentos pacíficos y otros bailables se conjugan en una obra que fue producida artísticamente por Gastón Le. Comenzó a tomar forma -o, por lo menos, entidad- luego de Naturalia, el EP que sacaron en 2015 y que también realizaron con el cantante de Un Planeta. Aunque el proceso se demoró más de lo esperado, la idea de hacer algo de largo aliento estaba presente. Pero hubo un momento en el que la banda frenó.
Torres afirma que fue un álbum necesario. Había que publicarlo sí o sí. Era momento de avanzar, de atravesar ciertos límites, de mudar la piel, probar con otras texturas y sonoridades. Enmarcar canciones que sólo tenían lugar en el vivo, y que por ende eran efímeras. Debían direccionarlas, darles un cauce, incluirlas en un tracklist. “Fue una etapa de cambio. Muy fuerte”, admite la guitarrista y anticipa que ya están craneando un sucesor: “Cada disco te cambia la forma de pensar la música y de componer”.
De esta manera, lo próximo se vislumbra distinto. Hay transformaciones internas, procesiones que sólo van por dentro, y una búsqueda constante de referentes que generen inquietudes. Repetir una fórmula no es una opción. “En algún punto, intentamos que nos desafíen”, esboza Amparo, que prefiere guardarse el resto de las precisiones sobre el material en el que laburan.
Sin embargo, aclara: “Ahora hacemos un trabajo más grupal. Hay que tener en cuenta que esta formación es relativamente joven, recién vamos por el primer año -Faustina fue la última en incorporarse-. Y ese proceso es muy importante, entenderse en lo musical, pero también en lo humano. En lo que sucede cuando creamos en conjunto”.
Según Torres, el imaginario de Isla Mujeres está compuesto por diversos tópicos, que van desde Juana Molina a Warpaint, pasando por la vida cultural en La Plata, esa usina inagotable de recursos artísticos. Y si bien no hay un mensaje explícito en lo que cantan,“No hay algo tan directo”, la guitarrista apunta: “También somos personas atravesadas por lo que sucede. Nuestras composiciones tienen que ver con eso”.
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En ese contexto, tocaron en el último Encuentro Nacional de Mujeres, en Chubut. ¿Cómo fue la experiencia?
Estuvo muy bueno y nos sorprendimos, porque no esperábamos tanta gente. Como fue el único evento del sábado a la noche, el tinglado donde se hizo estaba lleno, con gente afuera. Resultó emocionante, y al final muchas chicas se nos acercaron para decirnos que les había encantado. Nos sentimos parte del movimiento femenino, de las diferentes expresiones, de los reclamos y las demandas que se están haciendo en distintos espacios. Formar parte de esto nos motiva. Por suerte, las cosas están cambiando.
Entonces, ¿te parece necesaria una Ley de Cupo Femenino?
Sí, es necesaria, aunque no deja de parecerme un poco triste tener que pedir cupos en festivales. Es una realidad. La discusión no pasa sólo por ocupar espacios en los escenarios, ya que también se habla de toda una estructura de producción musical que está copada por muchos hombres.
*Isla de Mujeres se presenta hoy viernes 16 de noviembre a las 21 en Centro Cultural Caras y Caretas, Venezuela 330, CABA
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